Sabemos que Franciso Palau vivía una búsqueda permanente de lo que él llamaba su <<Cosa Amada>> (refiriéndose a la Iglesia); esto le movió a dar el paso como él afirma, <<por si acaso en el claustro la encontraba>>, esta es la causa por la que Francisco Palau ingresó en el Carmelo.
Eligió la Orden del Carmen Descalzo porque conoció a los Carmelitas siendo seminarista, a través de uno de los profesores llamado Padre José de Santa Concordia. Ingresó en el Carmeló el 23 de octubre de 1832 en el Noviciado de San José en Barcelona.
La noche del 25 de julio de 1835, habiendo estallado la revolución, un turba desenfrenada, anticlerical, quemó varios conventos, entre ellos el de los Carmelitas, y los religiosos tuvieron que huir despavoridos. Con actitud heróica de caridad, Francisco ayudó a huir a un religioso ciego, teniendo que escapar después él mismo saltando las tapias del convento envuelto en llamas, con riesgo de su vida.
Francisco Palau, recibió la ordenación sacerdotal en la catedral de Barbastro (Huesca) el 2 de Abril de 1836, sábado santo, de manos del obispo Santiago Fort y Puig.
En 1840, por su celo apostólico sacerdotal, fue nombrado MISIONERO APOSTÓLICO para la Diócesis de Tarragona, Lérida, Gerona, Barcelona y Vic. Significaba que tenía amplias facultades para predicar en diversas Diócesis, pero también graves peligros porque sería más perseguido por el gobierno liberal antirreligioso.
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