1. Que los errores del año pasado no te impidan avanzar en aquellos proyectos e ideales que te marcaste: aportarán ilusión a tu trabajo.
2. Vive con intensidad lo que haces. Cuando uno disfruta con lo que aprende o enseña, se nota. No pongas "el piloto automático".
3. Aprecia lo que realizas. No siempre solemos conseguir lo que pretendemos. Hay que caminar hacia adelante con lo que tenemos.
4. Respeta a las personas que están delante de ti. Si eres profesor, llena de sabiduría a tus alumnos. Si eres alumno, valora el esfuerzo de los que intentan abrirte horizontes.
5. Sé consciente de tus limitaciones. Con ello conseguirás dos cosas: la humildad y el que los demás puedan ayudar.
6. Encomienda a Dios tus afanes. Él te dará la serenidad antes las dificultades, la sabiduría ante los retos, la constancia cuando te ronde la debilidad.
7- Sé persistente en tu responsabilidad. Educar, ni ser educado, es fácil. En el día de mañana se agradecen dos cosas: las personas que se desgastaron por nosotros y los conocimientos adquiridos.
8. Reflexiona sobre los frutos del pasado curso e intenta alcanzar aquellos objetivos que no fueron cumplidos.
9. Muéstrate delicado en tus expresiones físicas y verbales. No por ser espontáneo y duro, somos más personas ni más respetados. Todo lo contrario.
10. Defiende tus ideales cristianos. Que se te vea contento de tu pertenencia a la Iglesia de tu amistad con Cristo. Tendrás tu recompensa.
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